La rivalidad bautizada cariñosamente como la “Madonnina” en honor a la reluciente estatua de la Madonna en lo alto de la catedral de Milán no es un asunto ordinario.
Milán se ha personificado durante mucho tiempo por su riqueza suprema, su patrimonio de moda y su historia deportiva, y con razón. Pero, por encima de todo, en las venas de una ciudad rebosante de pasión y devoción, también late una división.
Hay una división por la mitad, que separa a clubes, jugadores y familias. Los hermanos pueden enfrentarse a los hermanos, ya sea en pacíficas justas o en auténtica hostilidad, y las líneas quedarán grabadas en la arena, destinadas a durar toda una vida de gloria y desamor.
Para ambos AC Milan y el Inter de Milán, su derbi significa más que cualquier otro. Sin embargo, hay respeto entre ambas facciones, y se prefieren las exhibiciones de pavoneo y su apoyo ruidoso y colorido dentro de los estadios a cualquier antiestético rifirrafe fuera de ellos.
Este año no será diferente. Estos dos gigantes, que en su día perdieron el rumbo, consumidos por la deriva, se han revitalizado y han regresado de nuevo a la cima del fútbol. Sólo dos partidos les separan de una oportunidad impensable.
El AC Milan y el Inter de Milán renovarán esta noche su rivalidad en las semifinales de la Liga de Campeones.
La furia se desbordó durante la eliminatoria de cuartos de final de 2005, pero el respeto entre los clubes persiste.
Atrás quedaron los días de mala sangre.
El titular de La Gazzetta dello Sport tras el partido de vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones de 2005 declaraba el enfrentamiento el “Derbi de la vergüenza”. El partido se había suspendido en el minuto 71 y continuó, aunque brevemente, en vano.
Mientras llovían proyectiles de los ultras del Inter acurrucados en la Curva Nord, Rui Costa y Marco Materazzi contemplaban el caos, en delicado equilibrio el uno sobre el otro. Fue una instantánea de unidad mientras el humo espeso y acre se elevaba hacia arriba.
Ese fue el derbi más hostil y esta noche no se repetirá. En su lugar, la lucha se dejará en manos de los jugadores. Seguro que sueñan con escribir un capítulo más en el rico folclore de los colosos a los que representan.
En vísperas del partido de ida, Mail Sport analiza los principales enfrentamientos…
FIKAYO TOMORI CONTRA ROMELU LUKAKU
Decir que Fikayo Tomori se adaptó a la cultura del AC Milan sería quedarse corto. En lugar de eso, se hizo con el dominio del idioma y se dedicó a ajustar su juego para adaptarse mejor al ritmo y el estilo únicos de la Serie A.
Desde su fichaje por el Chelsea en 2021, el central ha llamado la atención por sus exhibiciones de dominio y sedosidad. Sabe enhebrar pases entre líneas y es un experto en los elementos más anticuados, tal es la calidad de sus entradas.
Y lo que es más importante, sabe leer el juego con aplomo, lo que le permite intervenir y barrer el peligro antes de que se convierta en un ataque peligroso. Sencillamente, el rojo de San Siro es el hogar perfecto para él.y se ha convertido en imparable.
No es de extrañar, por tanto, que haya hecho un llamamiento a sus compañeros, retándoles a escribir su propia historia “como el nuevo Milan” antes de la semifinal. Sea cual sea la nueva generación, él formará parte de ella.
Esta noche se enfrentará al físico y la astucia de Romelu Lukaku. El delantero no ha causado la misma impresión en su segunda etapa en el club, y su futuro más allá del final de la presente campaña sigue siendo incierto.
Pero no cabe duda de su calidad. Con nueve goles en sus últimos 12 partidos con su club y con la selección, el delantero parece haber vuelto a ser el de antes. Su juego de contención será clave, y Tomori debe evitar ser arrastrado demasiado alto y permitir la entrada de corredores por detrás.
Se cree que Mauricio Pochettino, el próximo entrenador del Chelsea, está muy interesado en el astro de cara a la próxima temporada, por lo que ésta es su oportunidad de impresionar.
Romelu Lukaku atraviesa un gran momento de forma y será decisivo para la progresión del Inter.
Fikayo Tomori ha encajado a la perfección en la zaga del Milan y su presencia será fundamental.
OLIVIER GIROUD CONTRA FRANCESCO ACERBI
Después de dejar el Chelsea por el AC Milan tras su triunfo en la Liga de Campeones en 2021, ni el propio Olivier Giroud habría esperado llegar a otra final de la misma competición ante su antiguo club. Está claro que ambos han tomado caminos diferentes.
En su haber, Giroud ha convertido en un pilar para el Milan y será crucial en su intento de conquistar su primer triunfo en esta competición desde 2007. Después de haber contribuido a poner fin a 11 años de sequía en la Serie A, el delantero estará empeñado en volver a desafiar a los escépticos.
Puede que no sea el delantero más glamuroso de este deporte, pero sin duda está dotado de un olfato de gol y una técnica sin parangón. Por algo acaba de firmar un nuevo contrato hasta el final de la próxima temporada. Al fin y al cabo, la edad es sólo un número.
En su camino se interpondrá Francesco Acerbi, que está viviendo su propio renacimiento en el Milan. La última vez, en la victoria por 2-0 contra el Roma, ofreció un recital de clase y parece haber encajado a la perfección en la zaga milanista.
Acerbi fue decisivo en el bloqueo de Andrea Belotti en el Estadio Olímpico, contribuyendo así a que el Inter se llevara los tres puntos, y no ha dado muestras de tener dificultades para acoplarse a las exigencias del sistema de Simone Inzaghi. Esta polivalencia es una baza más a su favor.
La presencia de Giroud permitirá al Milan recurrir al planteamiento directo, en función de la calidad de sus entregas, por lo que Acerbi deberá mostrarse fuerte y firme.
Olivier Giroud (izquierda) se enfrentará a Francesco Acerbi (derecha), que está en plena forma
SANDRO TONALI CONTRA NICOLO BARELLA
Sandro Tonali, que se crió como hincha acérrimo del Milan, no es ajeno a las emociones que suele deparar la Liga de Campeones.
El joven centrocampista idolatraba al gran equipo rossonero de la década de 2000, aquel que alcanzó la final del torneo en tres ocasiones y levantó el trofeo en dos de ellas. Como es lógico, está ansioso por repetir sus hazañas.
Incluso ha rechazado el interés de los grandes en el pasado. Arsenal sopesó traspasarloy sigue concentrado en rendir en el Milan.
Esta noche, formará parte de una batalla en el centro del campo que promete ser intrigante y elegante a partes iguales. Estos dos equipos no son ajenos a la línea que separa la belleza de la bestia, y esta capacidad de adaptación beneficia a ambos.
El juego de Tonali se basa en el equilibrio y en cubrir cada brizna de hierba, mientras que su homólogo, Nicolo Barella, posee unas aptitudes diferentes. De hecho, es más creativo e influyente en el último tercio, afilando la cuchilla del Inter.
Ambos jugadores han estado siempre presentes esta temporada. Tonali ha disputado 42 partidos hasta la fecha, mientras que Barella lleva 45, lo que subraya su indiscutible importancia en el contexto de esta inminente semifinal y de la campaña en su conjunto.
Cualquiera de los dos que sea capaz de afianzarse primero en medio del fuego y la furia y mantener el metrónomo en marcha puede decidir el curso del partido de ida.
Sandro Tonali (izda.) y Nicolo Barella (dcha.), dos centrocampistas con estilo, se verán las caras.
LAUTARO MARTINEZ CONTRA SIMON KJAER
El hecho de que Luis Figo, uno de los grandes del fútbol de todos los tiempos, apueste por Lautaro Martínez como decisivo en el derbi lo dice todo. No hay mejor elogio para un delantero.
Tras la clasificación del Inter para la semifinal, Martínez declaró que su club está donde “merece estar”.. Sin embargo, no querrán ser conocidos simplemente como los casi hombres, y como predijo Figo, él será crucial.
Al parecer, Martínez es codiciado por un gran número de clubes de élite, y es evidente por qué. Es rápido en la salida de balón, tiene una velocidad endiablada y un buen juego de pies. Este arsenal le permite desbordar a las defensas, jugar a través de sus compañeros o hacerlo solo.
Combinado con el potente Lukaku, el dúo forma una dupla perfecta. Corresponderá al Milan y a Stefano Pioli intentar romper esta conexión.
Simon Kjaer les ayudará en esta causa. El corpulento defensa central se asemeja a los robustos y brutos baluartes de antaño, y no rehuirá ningún desafío, sobre todo contra el archienemigo de su club. Su instinto con el balón también les será útil.
Kjaer ha admitido abiertamente que está en la agenda del club de sus “sueños”. No habría mejor manera de devolvérselo que llegando a la final a costa de su némesis.
Lautaro Martínez (izquierda), favorito para decidir la eliminatoria, pero Simon Kjaer intentará impedirlo.