Tres días después de ganar el 21º título de Grand Slam de su carrera (ganó por séptima vez en Wimbledon), Novak Djokovic se desplazó a Bosnia-Herzegovina para inaugurar unas pistas de tenis en un “parque arqueológico”, cuyo gestor afirma que alberga una pirámide y al que el jugador serbio suele regresar.
Tras una primera visita en 2020 al “Parque Pirámide del Sol de Bosnia”, que Djokovic describió como “el paraíso en la tierra”, volvió allí al menos cuatro veces, solo o con su familia, siempre acogido calurosamente por el propietario Semir Osmanagic, informa lefigaro.fr.
Según este último, un empresario bosnio apasionado por las civilizaciones antiguas, la idea de construir un centro de entrenamiento regional surgió durante la última visita de Djokovic en marzo.
“Acordamos construir dos pistas en nuestro parque para entrenar a los mejores jugadores, una de cemento y otra de tierra batida”. Semir Osmanagic anunció recientemente.
Durante todo el día hubo celebraciones y torneos para inaugurar estas pistas arboladas, incluyendo varios partidos de demostración, entre ellos uno entre Novak Djokovic y el croata Ivan Dodig.
El explorador bosnio Semir Osmanagic lleva veinte años afirmando haber descubierto no una, sino varias pirámides construidas por una misteriosa civilización cerca de Visoko, informa News.ro.
Además, sus equipos llevan varios años limpiando las galerías subterráneas cercanas a la “Pirámide del Sol”, lo que presume de efectos beneficiosos para la salud de los visitantes, cuyo número ha aumentado considerablemente desde que Djokovic acudió allí.
Djokovic explicó a AFP en 2020 que se sintió “regenerado” tras una visita a estas galerías subterráneas.